Es la primera gran crecida del río Iguazú registrada en la región de las Tres Fronteras en lo que va del año. No tiene relación con lo que está ocurriendo en Rio Grande do Sul, sí con las lluvias aguas arriba.

Desde el pasado 4 de mayo, el Parque Nacional de Iguazú viene experimentando un espectáculo natural impresionante, con el aumento diario del caudal de agua, alcanzando el miércoles último el pico esperado de 8 millones de litros por segundo, surcando las majestuosas Cataratas.

Los visitantes que tuvieron la oportunidad de visitar estos días disfrutaron de un bello momento con la naturaleza, con unas caídas impresionantes. Esta crecida no afectó ninguna de las pasarelas.

De acuerdo con los registros de la Compañía Paranaense de Energía (Copel), ayer el caudal se mantenía en los 2,3 millones de litros por segundo. En la víspera, la jornada fue lluviosa durante gran parte del día por lo que el caudal de agua del lechos fluvial señalado podría aumentar nuevamente.

La crecida registrada desde el pasado sábado y que fue subiendo de volumen de manera gradual, no guarda relación directa con las inundaciones que asolan el estado brasileño de Rio Grande do Sul.

El aumento del río Iguazú, que nace en la región metropolitana de Curitiba, capital del vecino estado brasileño de Paraná, y que fluye en dirección este-oeste, se debe principalmente a las fuertes precipitaciones registradas en su cuenca alta, especialmente en el suroeste de dicho estado.

Este incremento del flujo, que suele ocurrir varias veces al año, no solo aumenta el volumen de agua que cae por las cataratas, sino que también modifica su color, tornándose de un marrón intenso debido a la remoción y transporte de sedimentos del suelo de las orillas del río.

En la zona de las Tres Fronteras, donde confluyen los ríos Iguazú y Paraná, la diferencia de colores es notoria, siendo este último más claro y verdoso.

Si bien este caudal no está directamente relacionado con las inundaciones en Rio Grande do Sul, el Parque Nacional de Iguazú se ha solidarizado con la situación del estado vecino, recibiendo donaciones para apoyar a los damnificados.

El caudal promedio considerado normal del río Iguazú es de 1,5 millones de litros de agua por segundo, pero esta semana fue incrementándose hasta llegar a los 8,3 millones, más de cinco veces de su valor normal.

Este aumento del flujo transforma el paisaje de las cataratas, haciéndolas aún más impresionantes y rugientes.

La Copel se encarga del monitoreo hidrológico automático de las Cataratas del Iguazú, registrando el caudal del río en tiempo real. Esta información es crucial para la gestión del parque y para la seguridad de los visitantes.

El 30 de octubre de 2023, el Iguazú alcanzó un caudal de 24,2 millones de litros por segundo, 16 veces más que el caudal normal; lo que provocó que se desbordaran y cubrieran las pasarelas. El acceso al mirador de la “Garganta del Diablo” fue clausurado por razones de seguridad.

Las Cataratas del Iguazú, un ícono natural de América del Sur, no solo nos deleitan con su belleza incomparable, sino que también nos recuerdan la fuerza de la naturaleza y la importancia de cuidar nuestro planeta.

Este atractivo se encuentra en la frontera entre Argentina y Brasil, en el límite entre la provincia argentina de Misiones y el estado brasileño de Paraná en la región de la triple frontera.

El Parque Nacional Iguazú, que alberga las cataratas, tiene una superficie de 67.620 hectáreas en Argentina y 25.350 hectáreas en Brasil, para un total de 92.970 hectáreas. Están compuestas por 275 saltos, con alturas que varían desde los 60 metros hasta los 80 metros.

El salto más alto es el Garganta del Diablo, con una caída de 80 metros. Se encuentran sobre el río Iguazú, que tiene una longitud total de 1.230 km hasta su desembocadura en el río Paraná.

En el año 2011, estas majestuosos torrentes fueron elegidos como una de las Siete Maravillas Naturales del Mundo. Recibe anualmente más de 1 millón de visitantes, siendo reconocidas en todo el mundo por su belleza.